Eternamente joven

1939. El piloto de pruebas Daniel McCormick (Mel Gibson) se encuentra en el mejor momento de su vida: tiene un trabajo perfecto volando un B-25s, un verdadero amor, Helen, (Isabel Glasser) y un amigo y confidente de hace años (George Wendt). En verdad, lo tiene todo. O casi todo. A pesar de su habilidad para enfrentarse al peligro, no tiene el valor para proponerle a su novia el matrimonio. Siempre decide esperar a mañana... pero en un terrible instante una tragedia golpea inesperadamente a Helen, que tras un accidente entra en coma. Daniel se muestra reacio a hacer frente a la vida solo, por lo que se ofrece voluntario para participar en un experimento criogénico de alto secreto. Inerte y en estado de hibernación durante más de cincuenta años, se despierta en 1992, cuando unos niños manipulan la cápsula, perdido y en un entorno desconocido para él. A través de la amistad de un chico huérfano (Elijah Wood) y su madre (Jaime Lee Curtis), Daniel aprende que el tiempo nunca se detiene.